Rincón del Cuento
POR CUATRO ESQUINITAS DE NADA
Jérôme Ruillier
Los protagonistas son figuras geométricas, la mayoría de ellas círculos y un pequeño cuadrado al que le gusta jugar con su grupo de amigos “redonditos”. Juegan y comparten felices, hasta que llega la hora de regresar a la casa grande.
Aparece un problema que da lugar a la historia del libro. “Cuadradito” no puede entrar porque la puerta de la casa es redonda. El pequeño cuadrado prueba diferentes maneras para conseguir entrar; se estira, se tuerce, se dobla…pero nada funciona.
ACTIVIDAD PROPUESTA
REALIZACIÓN DE UN MURAL
En una cartulina realizar con diferentes colores circulitos y un cuadradito. En una cartulina blanca realizar una puerta circular y otra cuadrada y volver a contar el cuento de una manera más visual y manipulativa.
EL MONSTRUO DE COLORES
Anna Llenas
El Monstruo de Colores no sabe qué le pasa. Se ha hecho un lío con las emociones y ahora le toca deshacer el embrollo. Una historia sencilla y divertida, que introducirá a pequeños y a mayores en el fascinante lenguaje de las emociones.
ACTIVIDAD PROPUESTA
EMOCIONÓMETRO
Dibujar sobre un papel / cartulina un monstruo de cada color según la emoción, encima de cada monstruo pondremos el nombre correspondiente a cada uno de los estados (alegría, tristeza, miedo, calma, rabia). Colocaremos las cartulinas o los papeles uno detrás de otro creando así un mural o una tira de emociones. Debemos buscar pinzas de distintos colores (pueden ser de madera y decorarlas). Cada día preguntaremos al niño cuál es su estado y porqué se encuentra así, es una actividad que se puede realizar a través del uso de pictogramas igualmente.
LA CEBRA CAMILA
Marisa Núñez
Así empieza este cuento que cautivará a pequeños y mayores. Un día, al salir de casa, el viento bandido se llevará siete rayas del vestido de Camila, ella llorará siete lágrimas de pena, una por cada raya perdida. Se trata de una historia acumulativa en la que Camila va recuperando sus rayas a medida que va encontrando personajes por el camino y que le ayudan con lo que pueden y tienen, sin esperar nada a cambio, logrando, con cada regalo, que llore una lágrima menos, y ayudándola, por tanto, a olvidar su pena.